Un comentario en “Pingüi… anónimos, pero no tanto”
Si mañana ya no podemos destrozar sin ser identificados y procesados, es el fin de la democracia.
El móvil arruinó la posibilidad de retorcer la ley durante la juventud sin ser localizado…menos mal que en mi época no había móviles, je,je,je
Si mañana ya no podemos destrozar sin ser identificados y procesados, es el fin de la democracia.
El móvil arruinó la posibilidad de retorcer la ley durante la juventud sin ser localizado…menos mal que en mi época no había móviles, je,je,je